Fosas comunes.

Vertidos, contaminación de ríos, océanos convertidos en alcantarillas, emisiones, desertificación… La salud del planeta está en peligro y su atronador silencio clama auxilio ensordecedor.

Es tal el maltrato que ejercemos sobre la naturaleza, que estas acciones revertirán sobre nosotros mas pronto que tarde. La violación y los atentados en contra de nuestros ecosistemas y la brutalidad por ese agravio es ya irreversible para gran parte de ellos. Somos los grades culpables. Concienciar esta absurda especie que a veces es la nuestra parece la tabla de salvación para el futuro.

Vertidos, contaminación de ríos, océanos convertidos en alcantarillas, emisiones, desertificación… La salud del planeta está en peligro y su atronador silencio clama auxilio ensordecedor. Conservar es la palabra mágica, pero también debe combinar con equilibrio para que quepamos todos y a la vez sea sostenible.

El dilema de la sostenibilidad es un problema de gestión que de manera acertada y eficaz disminuiría la acción de impactos como el calentamiento global y la degradación de los océanos, hechos fácilmente contrastables y reales. Si no adaptamos políticas ecológicas será el propio planeta el que se manifieste incapaz de mantener o sostener los miles de millones de personas que lo poblamos.


Los vertidos en la costa cantábrica son un denominador común. Asturias España.

El agotamiento de sus recursos naturales en gran parte por la sobrepesca, sitúan ecosistemas marinos al borde de la desaparición tan beneficiosos y de gran interés para ciencia y salud. ¿Estamos a tiempo de revertir el proceso?. Es posible aunque difícil, pues la población mundial no para de crecer.

En la estrategia de las grandes empresas figuran proyectos cortina de conservación que velan artificiosamente por ecosistemas pagando por contaminar. Desfigurando la realidad, hacen de sus intereses permanezcan velados por seguir adelante con el propósito de sus actividades. Contaminar hoy es prácticamente gratis…

1.Wal-Mart: tercera corporación pública más grande del planeta conformada por grandes grupos de minoristas encargados de operar grandes almacenes de descuentos.
2.Exxon mobil : principal empresa petrolera y culpable de más de un derrame de petróleo.
3.Bank of America: segunda corporación bancaria más grande del mundo.
4.Bayer: principal empresa del mundo en el sector de los medicamentos y remedios.
5.Saint-Gobain: fabrica toda clase de material para estructuras.
6.Samsung: conglomerado surcoreano famoso por sus dispositivos electrónicos tales como , computadoras, teléfonos móviles, etc…
7.Arcelor Mittal: el mayor productor de acero de todo el mundo y el único a nivel global.
8.Verizon: uno de los principales operadores de telefonía del mundo, con sede en EE.UU.
9.RWE: empresa alemana del sector energético fundada en 1898, con sede en Essen.
10.Carnival: empresa de cruceros.
Diez de las empresas mas contaminantes del mundo.

Políticas desiguales

En general las políticas de conservación de los océanos están bien pero heterogéneas y desordenadas en su implementación para países y zonas que van con retraso. Cada uno de los océanos tiene zonas que se gestionan mejor y otros rematadamente peor en base a recursos y riquezas de cada país costero. En España disponemos de verdaderas fosas comunes de biodiversidad las cuales son prácticamente irrecuperables. Para muestra un botón si nos fijamos en el mar mediterráneo cuyas condiciones y estado de conservación es lamentable habiendo sido literalmente asolado.

El problema es que los progresos son de complejas soluciones mientras todos los países no remen en la misma trayectoria en la unificación de directivas y acciones conjuntas. Desde mediados del siglo XIX hubo estudiosos en la materia que aseguraban que el planeta podía absorber/diluir la contaminación que generamos. Pero la presión demográfica y la distribución de las riquezas no parece ecuánime a la hora de convertir recursos pesqueros para subsistencia cuando se puede obtener “cash”…


Cementerios de la II Guerra Mundial yacen enterrados bajo las aguas minando los fondos de automóviles, torpedos, ceros japonenses, obuses, bidones de combustible que continúan exhalando un cáncer con efluvios nocivos para el desarrollo de biodiversidad, además del perjuicio para el sustento de los pueblos costeros de Papúa-Nueva Guinea, Indonesia

Protocolos urgentes

Hubimos de esperar hasta los años 60 con los vertidos del Santa Bárbara y el Torre Canyon para alertar a las autoridades y que adoptaran medidas severas con protocolos de seguridad ante el daño que se estaba ocasionando a los océanos. Así las cosas, el panorama no es de lo mas alentador pues poco o nada a cambiado. En 1973 las Naciones Unidas firmaron acuerdos para la confección de una “lista gris” que contenían materiales y sustancias peligrosas que no podían ser vertidas a los océanos como los que se derivan de deshechos radioactivos y compuestos con cianuros. Aunque estos contaminantes no fueron prohibidos, si quedaron para la regulación de los países firmantes. La cosa no ha hecho sino empeorar.


El misil de la foto reposa dormido pero con carga explosiva potencialmente letal. Papúa-Nueva Guinea, Indonesia.

Tras la friolera de 40 años después, con mas conocimiento, avances, seguridad etc… el compromiso de los países es imperceptible, a tenor de la polución en los ríos, las aguas fecales y las millones de toneladas de plásticos arrojados a los océanos en lo que se viene llamando “sopa de plásticos”. La estimación del caldo en cuestión estima que unos 10 millones de toneladas de plásticos flotan en nuestros mares llegando algunos a reposar a 50 metros de profundidad. El pez se come el plástico pero, ¿quién se come el pez?.

Para los escépticos que piensan, “los ecologetas con su catastrofismo endémico”, el reciente descubrimiento de un científico americano que en uno de sus experimentos y observaciones reveló. Se trataba de una enorme mancha de proporciones colosales entre Los Ángeles y Hawai.

El estadounidense Charles Moore halló en 1997 una extensión de basura submarina de tamaño dos veces España. Y lo que es peor no para de crecer. La contaminación de los océanos es como el que barre y deposita las inmundicias bajo la alfombra. No esperemos levantarla y que se haya esfumado sola sin consecuencias directas para el ser humano.

¿Kioto? Una pantomima. 194 países adheridos firmaron en Doha, medidas insuficientes y mínimos injustificables que se prolongarán hasta el 2020, lo grave: ausencia de compromiso de gobiernos y gobernantes. Nos pasará factura.

Texto y fotos Juanma Tobaruela