Marruecos, la perla del norte.

Desde Tánger al Atlas Medio. Carreteras bien asfaltadas, montañas verdes, vergeles a uno y otro lado, aire limpio, el tiempo detenido… Marruecos es mucho más.

Marruecos, la perla del norte.

Lugares paradisíacos, horizontes sin fin. Fértiles valles y montañas desterrando los clichés de arena y pobreza dibujados desde perfiles predeterminados. Marruecos, un lugar atractivo a punto de pasar a la historia de la memoria como lugar de impresión.

Cruzando la franja central de un país que no dejará indiferente a nadie, entramos desde Tánger al Atlas Medio. Carreteras bien asfaltadas, montañas verdes, vergeles a uno y otro lado, aire limpio, el tiempo detenido… Marruecos es mucho más. Gastronomía y lujo para el que lo deseé, relax y diversos tours culturales o los relacionados con su naturaleza y biodiversidad.

Chefchaouen, el pueblo azul

Ascendiendo por las montañas del Rif, cuya altitud no rebasa los 2000 mt, cita obligada, a un pueblo que alberga grandes cotas de belleza, Chefchaouen. Enjalbegado de añil y blanco, se sitúa a unos 600 mt de altitud sobre el nivel del mar. Las posibilidades de descanso, actividades en la montaña, compras y visitas a su medina, etc. son casi ilimitadas.


Inmaculadas callejuelas, fachadas y rincones con encanto.

Alojarse en los archiconocidos “Riad”, pasear por adoquinadas y empinadas calles hasta hacer cumbre en la zona mas elevada del pueblo, una recompensa. Su nombre viene de “cuernos” en bereber, y procede de dos picos que se encuentran vigilantes coronando la ciudad en un hermoso valle.

Aguas cristalinas que desovan en fuentes de piedra. Puestos bien cuidados que expenden telas, jabones, aceites, dulces deliciosos y comida perfecta para su consumo sin peligro alguno. Olivares de secano con aceite refinado y oloroso a su fruto para disfrute de un desayuno placentero con mermeladas y mieles de fino paladar. Todo nos recordará a los viejos sabores y aromas de la abuela. Nuestro subconsciente archivará vivencias que antes ya habíamos percibido. Marruecos es un renacer en este tipo de pequeños y sublimes detalles.

Fez, ciudad sagrada

De obligada cita, Fez, se presenta como una de las cinco ciudades sagradas del Islam mas importantes y mas grande del mundo. Su inextricable medina, suntuosos palacios, madrazas, casas y callejuelas ininteligibles en todas direcciones debieran disuadirnos de perdernos en ellas, si eludimos la ayuda de un guía. Una vez dentro, ingresamos en un mundo por descubrir…. Comercio, bullicio, callejones medievales de empedrado original, fragancias de aromas incomparables, puestos ambulantes etc. en una representación excelente.


Fez, amurallada y fortificada, encierra secretos a la espera de ser re-descubiertos.

Desde los mas curiosos e inusitados establecimientos para el descanso de trotamundos, hasta los grandes hoteles donde transportarnos al cuento de “las mil y una noches”. Durante el paseo, dos tres horas bastarán, visitaremos comercios de todo tipo. Perfumerías donde adquirir el oro líquido -aceite de argán- y degustar olfativamente las intensas fragancias de perfumes de rosa, lavanda, camomila, mil flores, ámbar, pistacho, vainilla… pastelerías y puestos ambulantes de frutos secos de inacabable surtido y variedades. Ebanisterías, alfarerías, antigüedades, boticas, que constituyen un viaje al interior que no se debería perder aunque sólo sea una vez en la vida.


Palacio Arabesque, Fez, cita obligada y lugar donde soñar despiertos.


La biblioteca de la Universidad, Al Quaraouiyine que pertenece a la ciudad es la mas antigua del mundo y cuna de grandes pensadores como Maimenides, Averroes, etc…


Desde azoteas y tejados, el proceso y tinte del curtido de pieles.

Atlas Medio, los cedros de Ifrane

Dejando impresa nuestra visita a Fez para el recuerdo, continuamos por el interior de Marruecos. En el Parque Natural de Ifrane a unos 15 kms de la ciudad de Ifrane y a unos 4 km. al este de Azrou nos encontramos con el bosque de Cedros situado en la cordillera del Atlas Medio. Este Parque Natural, constituye uno de los reductos de naturaleza y biodiversidad donde resisten estos enormes colosos.


El cedro de Gouraud de Ifrane se reconoce de inmediato por su altura y la enorme rama lateral en forma de candelabro.

El “Gouraud” un cedro seco que se yergue amenazante sobre los visitantes, nos recibe guardián y máximo exponente de la naturaleza del lugar. El nombre se debe al general francés Henri Joseph Eugène Gouraud, su descubridor. No se sabe a ciencia cierta cuando murió este ejemplar si bien se cree fue en el año 2000 a causa de variadas hipótesis. Plaga de procesionaria, rayo etc. Las dimensiones: 35 metros de altura,10 metros de diámetro, su edad de 900 a 1000 años.


Macaco de Berbería o del Atlas.

Aunque el cedro “Gouraud” se levanta milenario, otros muchos habitan en sus dominios mezclados entre sus congéneres. Una ruta a pié, nos acercará a los rincones más ocultos del bosque. La biodiversidad queda representada en los macacos de Berbería (Macaca sylvanus) o del Atlas. Gran parte de la naturaleza de este área se encuentra en declive por la sobreexplotación desordenada de pastos de cabras que acució en 1916. Sus 75.000 hectáreas siguen amenazadas por problemas agroganaderos y la cercanía de varias estaciones invernales y pistas de esquí entre los 1600 y 2400 m de altitud.


Las imponentes siluetas de los cedros son majestuosas. Sus ramas se extienden cubriendo gran parte de la superficie del sotobosque.

Surf en Mediha y la bella Asilah

Saliendo hacia la costa dejando atrás Rabat, llegamos a Mediha, un pueblo costero donde saborear pescado fresco. Su pequeño puerto pesquero es una lonja constante de bateas de pescado en un ir y venir incesante, con el ritmo made in Marruecos. Las pequeñas urbanizaciones a pié de playa nos ofrecen un lugar de intensa actividad donde pasear, deleitarse en su enormes playas de arena fina o surfear unas olas.

Muy cerca de Mediha se encuentra Kenitra una bonita ciudad moderna con repleta y renovada oferta de todo tipo. No se pierda la visita al Mediha Surf Camp si quiere compartir en familia la pasión que transmite esta práctica deportiva de enorme complejidad.

Si dispone de oportunidad y le gusta la ornitología y dispone de unos buenos prismáticos diríjase a Merja Zerga laguna azul o de Moulay Bou Selham, una laguna litoral localizada en la costa atlántica de Marruecos, a 70 km al norte de la ciudad de Kenitra pues se trata de una reserva biológica desde 1978 que ocupa unas 4.500 ha de superficie.

Allí se congregan centenares de especies de aves por ser sitio Ramsar y punto crítico en el corredor migratorio occidental. Puede auxiliar entre 15 y 20.000 anátidas y 50 a 100.000 limícolas en invierno. Entre las especies endémicas se incluye la lechuza mora. Entre las invernantes destacan el tarro canelo, tarro blanco, silbón europeo, ánade friso, pato cuchara, cerceta pardilla, flamenco rosa, avoceta y varias especies de chorlito y zarapito.

Asilah, ciudad turística por excelencia cuidada y limpia, es un precioso enclave a orillas del mar que nos ofrece la oportunidad de poder pasear en el interior de su medina por un embrollo de callejuelas blanquiazules repletas de artesanos y comerciantes de todo tipo. Su proximidad a Tánger, 32 Km. y su privilegiado enclave dotan a esta pequeña ciudad de gran actividad comercial. Posee un paseo marítimo rodeado por una muralla pintada de blanco y partes de piedra original. Son muy característicos los murales expuestos en las fachadas de las casas.

Muchos otros son los rincones que Marruecos encierra. Innumerables experiencias y sensaciones que nos transportarán a un mundo oculto para poder sentir extrañamente que se puede volver y ser aceptado como cuando se retorna a casa, solo que esta vez, sin haber estado nunca aquí, en Marruecos, la perla del norte.

Texto y fotos
Juanma Tobaruela